En esta cuarta semana del año, los síntomas y efectos de la de la crisis financiera internacional fueron los más mencionados en radio y televisión con 3,000 notas; seguido de otro tema internacional; la toma de posesión del presidente Obama, con 2,000 menciones. En tercer lugar, las crecientes referencias al proceso electoral de este año con 1800, y finalmente las notas relativas al conflicto palestino-israelí.
En cuanto a personajes públicos mencionados en los medios electrónicos de México, de atrás para adelante, registramos presencia de Andrés Manuel López Obrador, y Marcelo Ebrard Casaubón, con 500 y 600 menciones respectivamente. En tercer lugar, el ahora expresidente norteamericano de nombre George Walker Bush Pierce Junior, con 800 notas. En segundo el presidente de México Felipe Calderón, con casi 2,000 menciones.
Pero esta semana quien tuvo el mayor número de notas fue el recién nombrado presidente norteamericano, cuyo nombre completo es Barack Hussein Obama Dunham, con casi 5,000 menciones, su presencia mediática ha cambiado rápidamente de las menciones relativas al fastuoso evento de su juramentación, a los reportes y notas que se refieren a sus primeras acciones de gobierno.
Como sucede con nuevos gobernantes que ocupan sus cargos con una altísima expectativa del público, sus primeros movimientos son registrados por los medios con gran intensidad. Ha resultado notable que este fenómeno que podríamos llamar “Luna de Miel mediática” se está dando en la Radio y televisión de nuestro país sobre un personaje que es presidente de… ¡otro país! A mí me resulta por decir lo menos; particular, que en las últimas semanas buena parte de la opinión pública, encabezada por diversos analistas y opinadores en la radio y televisión mexicanas se haya manifestado entusiasmada con el acenso al poder de este primer presidente norteamericano de color.
No pretendo acusar a nadie de malinchismo, y acepto la gran influencia que los estados unidos y su presidente tienen en nuestro país; sin embargo y repito, el entusiasmo con el que buena parte de la opinión pública nacional recibe al presidente del país vecino, constituye para mí un fenómeno mediático.
Por lo menos estos días, Barack Obama tiene tantas menciones y datos en la radio y televisión nacionales, que podríamos comparar su presencia en medios con la de cualquier político mexicano. Como si lo fuera, yo calculo que esta “luna de miel mediática” que vive obama en estos días continuará todavía por algunas semanas más, hasta que la realidad revele que por muchas expectativas que se hayan construido alrededor de su gobierno, el verdadero cambio será más sutil, y más a largo plazo, particularmente en cuanto a la compleja relación de los Estados Unidos con México. Los medios se dedicarán a otros temas, y los dos países seguiremos siendo, como escribió Alan Riding, “Vecinos distantes”.
