Terrorismo. Este término se hizo común en el siglo XX y bien pronto al inicio del XXI sabíamos que nos acompañaría también en éste. La palabra “terrorismo” había estado presente de forma constante e los noticieros de radio y televisión mexicana, pero siempre asociada a hechos que acaecían más allá de nuestras fronteras, nunca en casa. En el pasado, la palabra terrorismo se pronunciaba de entre 1000 y 2000 veces al mes en los principales espacios informativos. A partir de la semana pasada, el término se nacionalizó y se ha pronunciado casi 8,000 veces en radio y televisión en lo que va de este mes patrio. Si a lo largo del año hubo casos como el del News Divine o las presiones para la reforma energética, que acapararon la atención de los medios electronicos, el del atentado en Morelia ha convertido a los noticieros en casi monotemáticos. Otros asuntos como la temporada de lluvias, las fiestas patrias, y la crisis económica norteamericana, quedaron en un lejanísimo segundo lugar esta semana.
De manera paralela, hemos detectado en radio y televisión la multiplicación de neologismos producto de la subcultura del narco, tal y como narcomantas, narcoatentados, levantones y sicarios, que se se vienen a agregar a un listado de términos más inocentes como narcocorridos y narcotúneles.
México va a ganar esta lucha contra la violencia que produce el narcotráfico; de eso no me queda duda. Pero independientemente de ello, algo cambió para siempre hace ocho días y ya no volverá a ser igual.
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