Un poco más de lo mismo esta semana: temas de seguridad, temas de economía, y algunos más que se agregan a nuestra agenda de lo que informan y opinan la radio y televisión en nuestro país. El Sarampión, los juegos panamericanos de Guadalajara, y los movimientos de indignados en el mundo son temas que se mantienen en el calendario de los medios esta semana.
Pero son, desafortunadamente y una vez más temas de seguridad y crimen los que llegan a los primeros lugares de nuestras listas. En primer lugar el caso de la elección local en el estado de Michoacan que alcanzó el qunto lugar, pero no por destacarse los actos y declaraciones de los aspirantes, ni mucho menos sus propuestas de campaña, sino por la preocupación que sobre la seguridad de los campañistas y de la población en general surge de los últimos acontecimientos sucedidos en este estado. De esta manera y en tercer lugar, quedó con más de 1000 notas o referencias en radio y televisión la desapareción de los trabajadores de las empresas de opinión pública Parametría y consulta Mitovsky, y posteriormente otros de la sección amarilla. Estará por verse si el discurso de las campañas logra superponerse a las grandes preocupaciones sobre seguridad pública y criminalidad organizada en este bello estado del centro del occidente del país.
Y precisamente en medio de estas preocupaciones, se encuentra el caso del activista y poeta Javier Sicilia, quien durante la semana generó mucho comentario y reacción por sus reclamos al congreso en torno a la aprobación de la Ley de Seguridad Nacional. Las audiencias en medios electrónicos han visto en muy pocos meses transitar la persona, la imagen de este personaje; primero de poeta y padre destrozado por el asesinato de su hijo, luego por encabezar diferentes marchas que conjuntaron de manera drámática la voz de las víctimas de la violencia del crimen organizado, y finalmente a una oposición a la aprobación de la nueva ley de seguridad pública. Esta última posición sin embargo queda ligeramente desdibujada en comparación a las dos gestas anteriores, al no percibirse en medios bien a bien, cual es la naturaleza de dicha oposición a esta ley; y centrarse, cuando se logra explicar, en la participación o no de las fuerzas armadas en la lucha contra el crimen; participación que si bien tiene algunos detractores, recibe el apoyo mayoritario de la opinión pública, particularmente en aquellas zonas donde la violencia se ha exacerbado. Independientemente de la calidad y sensibilidad de este personaje imprescindible de 2011 como lo es Javier sicilia, la imagen publica en los medios, y particularmente en los medios electrónicos de comunicación en nuestro país, puede sufrir cambios diametrales en pocos días.
Y en segundo lugar, la carrera hacia el 2012. Las agendas de todos los posibles aspirantes presidenciales son cubiertas día a día, desde sus posiciones de gobierno, y los que no, desde sus campañas que desde luego dicen que no son campañas. Unos y otros se recriminan en los medios ya sea por usar fondos públicos para su promoción y a los otros por promocionarse fuera de tiempo. Así las cosas marcha de manera inexorable la cuenta de los meses, y nos acercamos a ese año que los mayas pudieron haber calificado de apocalíptico, pero que para los medios será sin duda, por decir lo menos cataclísimico.
Y finalmente, pero en primer lugar en nuestros conteos con más de 2,000 notas, el tema que por tercera semana consecutiva preocupa a la opinión pública nacional e internacional, y a los especialistas financieros del orbe; la situación económica de los Estados Unidos. Y es que no se terminaba de celebrar el acuerdo final entre las facciones de su congreso para ajustar el techo de endeudamiento cuando la firma calificadora de inversones Standard & Poors hace lo impensable; rebajar la confianza en los instrumentos de deuda estadounidenses. Y fue por esto que en esta semana las audiencias de la radio y televisión ya somos muy duchas en saber de las calificaciones triple A o doble A, y deudas a corto, mediano y largo plazo; pero también recordamos que fueron estas mismas calificadoras las que respaldaron la deuda hipotecaria norteamericana que a la larga generó la crisis de 2009.
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