Disonancia cognoscitiva

Temas variados esta semana, pero con dos muy señalados desde luego, pero muchos temas aún, como el de de las llamadas Ladies de Polanco, el Presupuesto de egresos 2012,  a llegada y gira de las llamadas reliquias del Papa Juan Pablo II,  El paso del huracán Irene en EU y la situación política extrema en Libia y los Juegos Panamericanos que cada día son más mencionados  en los medios

Y no  es de extrañar que los temas, los casos más relevantes, mas mencionados en radio y televisión esta semana se refieren a la violencia del crimen organizado. En segundo lugar, quedó la balacera afuera del estadio Territorio Santos Modelo de Torreón, con casi 2,000 notas, su mayoría antes del día jueves, cuando sucedió el terrible atentado en el casino de Monterrey, el cual lleva ya 4,000 notas o referencias en los solo 4 días que han transcurrido. Después de lo sucedido en el Casino Royale la mención a este tema de la alarma causada en el estado de fútbol de Torreón quedó únicamente como parte de la enumeración de sucesos que inquietan a la ciudadanía de la misma manera en que se informó de otro momento de tensión, de inquietud en las afueras del estadio de Ciudad Netzahualcoyotl en el estado de México. Estos casos, y muchos más que se suman al recuento cotidiano de sucesos y noticias terribles, principalmente del crimen organizado y en donde la ciudadanía es afectada directa o tangencialmente, y contribuyen a crear en la mente de las audiencias de radio y televisión una imagen de violencia generalizada, de descomposición, de que contribuyen a un sentimiento de  zozobra, de inquietud, de preocupación en la gente.

Sin embargo, esta imagen de violencia generalizada que los medios nos presentan, que de forma si no natural por lo menos explicable se extiende en los medios electrónicos de comunicación en estos días, choca con otra realidad, lo que es la vida y la actividad normales en la gran mayoría de los mexicanos, fuera de las pantallas de televisión y los receptores de radio.

Me explico:

El fin de semana pasado días particularmente agradables. Si bien estuvo lloviendo, en esta ciudad las mañanas fueron frescas; la gente fue a pasear a las plazas, a los parques, a los centros de entretenimiento. Los centros comerciales lucieron llenos como siempre. Se había declarado luto nacional,  pero en general casi todas las actividades planeadas; en especial las recreativas no se cancelaron.  En la Ciudad de México se corrió el marathón anual, se hicieron fiestas y reuniones, se celebraron cumpleaños.  En todo el país se jugó futbol, y la gente acudió como siempre y en igual número a los estadios a apoyar a sus equipos, a divertirse.

Ayer en Monterrey varios cientos de personas se manifestaron en la Macroplaza para rechazar la violencia y llorar el atentado del Casino Royale. Varios cientos sí, pero más, muchos más, buscaban la recreación paseando en el mismo lugar, aparentemente ajenos a la protesta y a la tragedia. Tal vez el ejemplo más claro de esta disonancia lo constituye el hecho de que fuera de Monterrey y Guadalajara, los casinos y los centros de apuestas continúan operando normalmente, incluso las 24 horas.

Hoy lunes por la mañana, el tráfico de siempre, y las tiendas, las escuelas, las empresas y todo tipo de negocios han abierto y continúan laborando normalmente, aquí en la ciudad de México, en Torreón y Monterrey, en Sonora y Yucatán; a pesar del luto, de la tragedia, a pesar de que en radio y televisión las imágenes del humo, las ambulancias y los muertos no cesan, la vida sigue y la gente continúa en sus actividades, incluyendo las recreativas.

Este contraste, de lo que prevalece en las pantallas de televisión y en la prensa; y el contacto cotidiano con nuestra realidad que afortunadamente es estadísticamente mucho menos violenta que los resúmenes concentrados de los medios electrónicos crean en las audiencias lo que los sicólogos llaman una disonancia congnoscitiva, es decir una percepción de incompatbilidad o incoherencia entre dos realidades simultaneas; en este caso la violencia de los noticieros, y la relativa tranquilidad del entorno directo de la gran mayoría de la gente,  una disonancia que representa una tensión interna en las personas, una incomodidad inconsciente se busca reducir o eliminar, a través de ciertos cambios de actitud o de ideas ante la realidad.  Y cuanto más se de este contraste, esta disonancia, mas fuertes o relevantes pueden ser estos cambios de actitud, ya sea hacia el desestimar o ignorar los graves sucesos de la realidad informativa, o por el contrario asumirlos de una forma total, y perder la perspectiva de la realidad cotidiana.