Durante la onceava semana del año fueron los temas relativos a la crisis económica y al proceso electoral 2009 los más mencionados en la radio y televisión mexicanas, situación que se viene sucediendo desde hace casi dos meses.
En tercer lugar fue el caso relacionado a la ciudadana francesa condenada por secuestro Florence Cassez; que tuvo 1140 menciones en los medios. En cuarto lugar, los comentarios a la publicación de la revista Forbes del nombre de Joaquín el Chapo Guzmán Loera, con 650 notas. En quinto lugar, lo relacionado con la discusión de la llamada Ley de salarios máximos, con 345 menciones; y en sexto lugar con poco menos de 300 referencias todavía siguieron las discusiones relativas al impuesto sobre la tenencia vehicular.
Por lo que toca a los personajes más mencionados en la radio y televisión, la contabilidad de esta semana vuelve a situar al presidente Felipe Calderón en primer lugar con más de 3,000 menciones, seguido del presidente francés Nicolas Sarkozy, con 1000 menciones, Joaquín el chapo Guzmán con 800, el presidente norteamericano Barack Hussein Obama con 800 tambien, y finalmente Marcelo Ebrard Casaubón con cerca de 400 menciones.
En esta semana destacaron también las notas provenientes del informe entregado por la Auditoría Superior de la Federación, en el que se revelan irregularidades en la cuenta pública 2007 por unas cantidades estratosféricas. Algunas de las muchas notas vertidas al respecto en la radio y televisión en estos días hablan de decenas de millones de pesos, otras de centenas de millones, y otras mas de miles e incluso de decenas de miles de millones de pesos. La danza de las cifras entre una nota y otra resulta sorprendente a la hora de compararlas. En realidad, cada nota y reportaje analizado al respecto maneja cifras diferentes, y destaca irregularidades en diferentes dependencias del gobierno federal, siguendo probablemente el sentir de cada reportero.
Lo es que esta diferencia de cifras comunicadas a través de la radio y televisión, no representa ningún problema. En el auditorio queda la impresión de que existió un volumen importante de irregularidades, aunque si le preguntáramos a la audiencia sobre el monto de las mismas, o cada quien nos daría una cifra distinta, o de plano no se acordarían. Tal parece que la radio y la televisión no son, a diferencia de los medios impresos, vehículos adecuados para la comunicación de datos o cifras concretas, sino más bien para transmitir impresiones más vagas, aunque no por ello menos contundentes.
De esta manera, datos y cifras concretas pasan ante nuestros ojos y oídos como una danza o música abstracta, de la cual solo retenemos si nos pareció mucho, o poco la cantidad de lo invertido, de lo logrado, o de lo defraudado.
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