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    Cifras de impacto y datos de lo que se maneja en la programación de más de 65 estaciones de radio y televisión de la ciudad de México y cadenas nacionales. Al sumar estadísticamente cada semana los diferentes temas, personajes, instituciones y casos coyunturales mencionados en las cientos de emisiones informativas y de opinión de los medios electrónicos, podemos obtener una visión objetiva de los asuntos que más fueron tratados en este lapso de tiempo, y comentar sobre ellos.

    lunes, 6 de julio de 2009

    Después de las eleccciones: a reformar la reforma

    Durante la campaña electoral federal, iniciada el 3 de mayo del presente año, la radio y televisión mexicanas tuvieron en sus programas informativos y de opinión un total de 37,400 notas o referencias al proceso de elección, mismas que sumaron más de 1,600 horas de tiempo aire; y eso sin contar los spots de propaganda; solo me estoy refiriendo a las noticias y comentarios. Para darles una idea de la magnitud del tiempo en medios referido a las elecciones, si tuviéramos que revisar todas esas grabaciones digamos, durante 8 horas diarias, nos tardaríamos 200 días. Y la campaña solo duró 60 días.

    Al ayer la jornada electoral, quisiera cerrar también el conteo de menciones de radio y televisión hacia los partidos políticos nacionales. Como recordarán, la ley electoral ordena un monitoreo de los tiempos que los noticieros dedican a cada partido político con el fin de garantizar, según se ordena, la equidad. Los resultados del conteo de tiempos para los partidos reflejan una distribución que yo podría calificar de equitativa: 33% para el PAN, 29% para el PRI, 21% para el PRD, 6 para el PT y 5 para el partido verde.

    Como puede verse estos porcentajes son muy diferentes a las tendencias de resultados de las votaciones federales del día de ayer: El PRI obtuvo cerca del 35% de las preferencias, el PAN 26, y el PRD poco más de 12. ¿Qué significa esta gran diferencia? Bueno pues que la equidad en tiempos con la que los medios traten a los partidos en una elección, no va determinar de manera influyente los resultados. Hubo otros tiempos, no debe olvidársenos, cuando una facción política en el poder en colusión con los grandes medios decidían e imponían. El día de hoy ha quedado demostrado que eso ya no sucede al menos en forma privilegiada, pero repito, no debe olvidársenos, para que no vuelva a suceder.

    Al concluir las campañas y la jornada electoral nos acercamos al fin de este proceso federal. En términos de medios de comunicación, recordemos que la campaña inició con la gran expectativa de la reforma electoral: La ley prohibió que la publicidad en radio y televisión fuera contratada por los partidos, y sería el IFE quien administraría esos tiempos.

    Efectivamente, el IFE concentró el control de los spots electorales, pero no estamos seguros de la radio y televisión se hayan abstenido de acordar otro tipo de tratos con los partidos. ¿Qué beneficios obtuvo el electorado con esta nueva modalidad? Ciertamente hubo equidad en los tiempos de propaganda, pero los mensajes resultaron repetitivos, machacones, y aburridos por la forma engorrosa en que el IFE tenía que distribuir todo el material a los concesionarios de todo el país.

    Recordemos la elección de hace 3 años. ¿Fue más incómoda la propaganda electoral en radio y televisión antes que ahora? ¿Hubo más saturación de spots, como reclamaban algunos concesionarios, ahora que antes? Para muestra, un par de botones: En los últimos días, que son los más intensos de la campaña, Una estación de radio que transmite en cadena nacional emitió 96 spots de todos los partidos. ¿Cuántos spots transmitió la misma estación, exactamente tres años antes? 136. Un canal de una televisora nacional, emitió hace unos días 94 anuncios políticos por jornada, según lo obliga la ley. ¿Cuántos transmitió en 2006? Más del doble: 226.

    Independientemente de la intensidad de los spots, creo que al electorado que es audiencia de medios electrónicos le queda un mal sabor de boca con la propaganda electoral. Los spots formales resultaron poco útiles y hasta contraproducentes. Resulta evidente que los propios partidos desestimaron la valía de estos tiempos y se volcaron a otros tipos de propaganda en medios. Varios buscaron incidir en la opinión pública a través de formas alternativas de difusión de mensajes como lo fue el internet, y algunos otros evidentemente hicieron tratos con diversos concesionarios para obtener exposición positiva en sus medios.

    Me parece que la reforma electoral en lo tocante a medios de comunicación no pasó la prueba en estas elecciones. No quiero decir con esto que sea conveniente volver al esquema anterior, pero considero que las nuevas disposiciones venían ya comprometidas de origen. Pienso también que los medios, partidos y sociedad deberán comenzar a trabajar de inmediato para que no vaya a llegar el 2012 en las mismas condiciones. Hay que reformar la reforma.

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