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    Cifras de impacto y datos de lo que se maneja en la programación de más de 65 estaciones de radio y televisión de la ciudad de México y cadenas nacionales. Al sumar estadísticamente cada semana los diferentes temas, personajes, instituciones y casos coyunturales mencionados en las cientos de emisiones informativas y de opinión de los medios electrónicos, podemos obtener una visión objetiva de los asuntos que más fueron tratados en este lapso de tiempo, y comentar sobre ellos.

    lunes, 4 de mayo de 2009

    Los medios con fiebre

    Como habíamos adelantado la semana pasada, la radio y televisión mexicanas, en sus emisiones informativas y de opinión, no han hablado de otra cosa más que de la epidemia de influenza en los últimos 8 días.  Con casi 23,000 menciones en este lapso de tiempo, este caso supera en más de cinco veces el récord de impactos para cualquier otro tema.  

    Aunque no tenemos mediciones de esos años, es posible que los únicos dos casos en que ha habido tal intensidad en los medios de comunicación hayan sido durante los sismos de 1985, y los atentados terroristas de 2001.

    Solo en los días lunes 27 y martes 28 de abril, el caso del virus H1N1 fue mencionado casi 5,000 veces en cada uno de ellos. El miércoles y el jueves siguientes, las menciones no bajaron tampoco de 4,000.

    Sin embargo a partir del mensaje del presidente Calderón el miércoles 29 de abril, ocurrió un fenómeno interesante en la radio y televisión: a diferencia de la intensidad casi febril o virulenta –si se me permite la expresión- en que el lunes y martes  se hablaba de la epidemia, a partir del jueves, pero en especial el viernes 1ro de Mayo se dio un cambio cuantitativo y cualitativo en la cobertura informativa del caso.      Por un lado los noticieros y programas de opinión relajaron un poco la intensa cobertura alrededor del tema, y se dieron espacio, por primera vez en varios días, para hablar de otros asuntos.  Ya el viernes  1ro de mayo el número de menciones bajó a menos de 3,000, y durante el fin de semana se detectó una tendencia en los medios para diversificar los temas y asuntos  tratados, tal vez como una forma de terapia para distraer o relajar a la opinión pública. 

    Por otro lado la forma en que la radio y televisión manejaron la epidemia también sufrió un cambio cualitativo notable. Durante los primeros días de la emergencia fue evidente la férrea rigidez y formalidad con la que se manejaba la información. Las críticas a la autoridad gubernamental desaparecieron por completo, incluso de las emisiones más aguerridas.  Por ejemplo, comunicadores de estilo cómico o irreverente, o de temas deportivos, dejaban sus bromas aparte para informar, dar indicaciones y recomendaciones con toda seriedad. Se notó en esos días un completo cierre de filas de todos los medios de comunicación alrededor de las medidas y recomendaciones emitidas por el gobierno.

    A partir del jueves y viernes, esa férrea rigidez  tendió a relajarse. Por un lado comenzaron a conocerse casos en que candidatos de diferentes partidos usaron la epidemia para realizar acciones de beneficio político electoral. Los conductores y comentaristas que de manera consciente habían evitado cualquier crítica al gobierno, reventaron en contra de estos políticos. 
    Por otro lado los medios electrónicos de comunicación comenzaron a dar espacio a las muchas teorías de la conspiración que alrededor de la epidemia se generaron desde el primer momento.  Si los primeros días los medios habían tomado la decisión de cerrar filas y limitarse a transmitir la información y recomendaciones del gobierno,  a partir del jueves y viernes pasado comenzaron a dar cabida a los cientos de versiones del complot alrededor del brote epidémico que iban de lo más plausible, a lo ridículo. 

    Este cambio cualitativo y cuantitativo pudo haberse dado por dos razones. Por una parte pudo ser que el mensaje del presidente calderón del miércoles funcionó como una válvula de presión que alivió la tensión que se vivía en ese momento, es decir, el miedo y la desasón que prevalecían dieron paso a una especie de resignación o tranquilidad al entenderse la dimensión de la epidemia y sus medidas.  

    Por otro lado pienso que también ocurrió el fenómeno en muchos medios de información, consistente en que se quedaron sin nada que decir. Me explico…  durante los primeros días de la epidemia  había mucho que decir, que informar, que explicar.  Se dieron incluso muchos casos en que los medios abrieron programas y emisiones especiales y dedicaron horas y horas a explicar  todos los detalles de la epidemia, sus síntomas y desde luego las acciones a tomar.  El esfuerzo de los medios fue fructífero, ya que para mediados de la semana pasada, todos éramos ya unos expertos en el tema, y en las medidas de prevención.  Ocurrió entonces que se tenían ya todos esos espacios, esos programas especiales, esas horas aire adicionales, y los medios se encontraron repitiendo una y otra vez la misma información.  

    Al relajarse la tensión, al no haber tanta necesidad de repetir y repetir las medidas, y en días en que buena parte de la ciudadanía se quedó en su casa con su familia,  conductores y productores  comenzaron a buscar otras fuentes de información, como el internet y ahí comenzó a diversificarse la tématica alrededor de la epidemia. Los medios entonces han regresado a su propia identidad, y seguramente tenderán a normalizarse en los próximos días.

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