Videoescándalos virulentos

En lo que podríamos considerar la tercera semana de contingencia epidémica, la radio y televisión mexicanas continuaron refiriéndose al virus de la influenza AH1N1 de manera preponderante. Fueron casi 18,000 menciones al tema en los últimos ocho días, una cantidad todavía superior a la lograda por cualquier otro asunto a lo largo del año, pero ligeramente inferior a la misma estadística de la semana precedente. A pesar de lo anterior ya comenzaron a surgir otros casos que de manera tímida se muestran en radio y televisión. Me refiero al arranque de las campañas electorales, con 1,500 referencias y a los temas relacionados a la crisis económica internacional, con 1,300.

Surgió también,un tema que es nuevo y viejo a la vez; me refiero a la convulsión política causada por la difusión de los videos de Carlos Ahumada, al que se le llamó al principio videogate, pero que actualmente se maneja con un término ya muy común en los medios; el de “videoescándalo”.  Fueron 232 referencias en los noticieros y programas de opinión las logradas por este tema la semana pasada, y 600 las menciones a la persona del empresario de origen Argentino Carlos Ahumada Kurtz, quien así quedó en quinto lugar de mención de personajes, después de  Agustín Carstens con 700, Marcelo Ebrard, con 1000, el Secretario de Salud José Angel Córdova Villalobos, con 1,300 y del presidente Felipe Calderón, con 1,700 menciones.

Decía que el caso de los llamados “videoescándalos” es viejo y nuevo a la vez. De manera parecida a la crisis por el virus de la influenza, en marzo de 2004 difícilmente se hablaba de otro tema en la radio y la televisión, más que del llamado “videogate”. Recordemos que en esos días, el empresario Carlos Ahumada utilizó la difusión de grabaciones de video como parte fundamental de la estrategia para lograr sus fines. 

Considero que ese momento fue un parteaguas importante en la historia de los medios de comunicación en México.  Hoy en día nos parece de lo más natural escuchar noticias que se basan en la difusión de algún material audiovisual; es decir, notas que comienzan con frases como “en un video aparecido en internet…” o “En una grabación que se encuentra en poder de este medio..” etcétera…  son ahora perfectamente naturales; pero hace 4 o 5 años no lo eran tanto.

Recordemos también que hace 4 o 5 años si bien el internet era ya factor importante para la conformación de la opinión pública, el manejo de material audiovisual en la red era limitado. Hoy en día todo lo encontramos en youtube por ejemplo, pero hace 4 o 5 años se requirió de cierta visión y creatividad para utilizar la difusión pública de contenidos multimedia como parte fundamental de una estrategia de comunicación política.  Independientemente de las consideraciones éticas o legales de las acciones de este empresario de origen argentino, no podemos regatearle su papel determinante en la forma como hoy se maneja la comunicación política en nuestro país, y en el uso del neologismo: “videoescándalo”