Diego, mentiras y mamuts.

No es ningún misterio para nuestros lectores cuál es el tema que ha ocupado la atención de los medios en los últimos días. Ciertamente el caso de la desaparición de Diego Fernández de Cevallos Ramos es el tema del cual se habla en todos los noticiarios y programas de opinión, aunque hay que precisar que nuestro conteo se hace de los últimos 8 días a la fecha, y tomando en cuenta que la noticia del Jefe Diego se dio apenas este sábado al mediodía alcanzó un tercer lugar en el recuento semanal de temas, después de los asuntos relativos a los procesos electorales de este año, y a las protestas por la Ley antiinmigrante.

En la lista de personajes más mencionados en la radio y televisión, el desaparecido "jefe" Diego tiene un segundo lugar en el promedio semanal después del presidente Calderón, con 1,532 menciones, contra las 2,832 del presidente; pero hay que tomar en cuenta de nuevo, que la noticia tiene menos de dos días de haberse generado, por lo que puedo vaticinar sin lugar a dudas que el tema del Diego Fernández será el más relevante de la semana en las próximas horas. Este vaticinio se cumplirá a menos claro, que exista otro tema aún más aparatoso que el que nos ocupa.

* * *

Y es que las noticias, o más bien de los programas informativos en medios de comunicación, independientemente de su función social, tienen como atractivo presentar la posibilidad de que cambie el estado de cosas de un momento a otro. La audiencia busca sorprenderse con hechos que harán que el futuro ya no sea como era antes, y es que esta tendencia natural de las personas para ser el primero en enterarse de las novedades, y a su vez ser los primeros en enterarlas a los suyos es tal vez una acción que probablemente viene del instinto de supervivencia. Así quien se entera oportunamente de hechos que pueden afectar, tiene las oportunidades de actuar en consecuencia y por lo tanto salir mejor librado. Selección natural pura.

Como ya no estamos amenazados por un inminente ataque de mamuts, en la actualidad nuestra sobrevivencia inmediata ya no depende tanto de ser el primero en enterarse de las novedades, pero la tendencia a ser el primero en divulgarlas permanece como una especie de fruición, un cierto placer malsano, o #placerculpable como decimos en Twitter.

Es entonces una fruición muy humana, la tendencia al “chisme”. Pero como otras fruiciones, podríamos afirmar que se trata de “bajos instintos” que si bien son divertidos y proporcionan placer, deben ser controlados.

Como ha sucedido en otras ocasiones, las redes sociales de internet, y en especial Twitter ocupan relevancia especial en la información sucesos graves, y de los que no se tienen muchos datos. El “Chisme” es desde luego consecuencia de la falta de información y también de la suspicacia de la gente. Pero visto de otro lado, la falta de información nunca puede ser justificación para divulgar chismes, y menos en medios masivos.

Mucho ruido hicieron el sábado los rumores vertidos en redes sociales como twitter alrededor de la desaparición del “jefe” Diego. Y como sucede en estos casos, las redes se convirtieron en un hervidero de rumores, chismes, chistes y ocurrencias. Así es Twitter. Twitter se constuye de eso, de ideas, de chismes, de chistes y de ocurrencias. El único componente no indispensable es la información confirmada. Los que participan en este tipo de experiencias en línea lo saben desde hace muchos años y “navegan” por las redes con prudencia. Lo grave es que varios medios masivos formales sucumbieron a esta vorágine de no-información, ignoraron la prudencia elemental con que se deben tomar las informaciones vertidas por este medio y terminaron reproduciendo los chismes de Twitter, aun a pesar de que estos mismos advertían contra la divulgación de especies no confirmadas.

Durante el fin de semana se dieron casos en que el mismo medio que minutos antes advertía contra las notas sin confirmación, se apresuraba a notificar de un “macabro hallazgo”. Yo mismo -sin ser medio- caí en este error y reproduje (“retuitié”) una información sorprendente y sensacional por haber pensado que si el medio era serio, la información debía ser confirmada. No era cierta.

Asumo mi responsabilidad. Las personas que reproducen información tienen su propia responsabilidad en lo que hacen; los medios de comunicación tienen una responsabilidad social. De esta forma los medios tienen la obligación de confirmar la verosimilitud de sus informaciones, y la calidad de sus fuentes. Con mayor razón si sus fuentes provienen de redes sociales.

Redes sociales y medios de comunicación están llamados a caminar juntos durante cierto tiempo, hasta que llegue el momento en que el desarrollo de ambos desemboque en una instancia única:. Llegado ese momento, espero que ambos enfoques absorban lo mejor del otro: medios masivos con profunda participación y retroalimentación social, y redes sociales con reglas de verosimilitud, certeza y ética en la información que manejan. 

Mientras tanto, atendamos a los medios con una visión crítica, y participemos en las redes sociales con responsabilidad.

@AbelVicencio